martes, 10 de marzo de 2015

La fuerza de un susurro


Llevaba ya mucho rato esperando su llegada, pero aun así, aquel susurro en su oído derecho le activó por completo. Abrió los ojos desterrando por fin la negrura en la que se hallaba inmerso, para llenar su mundo de color y su alma de alegría al ver la sonrisa de su amada. Entre fingidos aplausos, las enfermeras celebraron el reencuentro tras cinco días en un profundo coma.

Juingo

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