La fuerza de un susurro
Llevaba ya mucho rato
esperando su llegada, pero aun así, aquel susurro en su oído derecho le activó
por completo. Abrió los ojos desterrando por fin la negrura en la que se
hallaba inmerso, para llenar su mundo de color y su alma de alegría al ver la
sonrisa de su amada. Entre fingidos aplausos, las enfermeras celebraron el
reencuentro tras cinco días en un profundo coma.
Juingo
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