5 kilómetros a través del tiempo
El intenso frío reinante me hizo entender definitivamente
que durante toda la prueba no se escaparía de mi mente la pregunta que me
llevaba martilleando unos cuantos días: ¿Por qué te tienes que cruzar España
entera para participar en una carrera con lo bien que se corre en tu tierra? No
sé cómo me dejé convencer, pues correr al nivel del mar contemplando las costas
de África es un verdadero privilegio. De repente, el corazón casi me da un
vuelco al ser testigo de una espectacular pelea entre un oso y un tigre dientes
de sable para ver quién de los dos se hacía poseedor de los derechos de caza
sobre un hermoso ciervo que se alejaba disimuladamente del lugar. Durante el
resto del recorrido, contemplé atónito a rinocerontes de dos cuernos y
elefantes compitiendo por un imaginario premio al más majestuoso o a unos
hipopótamos convertidos en improvisados y sorprendentes espectadores del Cross
mientras que los bisontes corrían a nuestro lado queriendo dejar claro que,
corriendo, éramos muy poco rivales para
ellos .Cuando terminé los cinco mil metros, me di realmente cuenta del premio
obtenido ese día: un maravilloso y mágico paseo por la historia.
JUINGO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario