sábado, 23 de mayo de 2015

LA FIERA


Feroz. El caos del almacén, con todas las cajas por el suelo, no admitía otro calificativo. Pero eso permitió que te agacharas para buscar algo y tus bragas de pantera asomaran por encima del pantalón. Mis ojos aprovecharon aquel bendito desliz y grabaron la imagen para hacer que desde ese instante soñara con que las garras de esa felina me arañasen sin piedad entre interminables gritos de placer. Con el paso del tiempo, pude constatar que, efectivamente, aquella criatura era justo como yo imaginaba: feroz.


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