Título: Poder de convicción
Agotado a causa del
intenso ejercicio realizado momentos antes, me relajé esperando recibir un
merecido descanso. Noté entonces como tu mano se acercaba hasta que me rodeaste
con fuerza. Esbocé una sonrisa de satisfacción pensando que me querías regalar un
abrazo de buenas noches. Cuando tus traviesos dedos empezaron a zarandearme con
energía, comprendí que mi reposo tardaría aún en llegar. Al sentir como tus
labios me envolvían por completo, hice acopio de las pocas fuerzas que me
quedaban, preparándome así para una nueva batalla. Tu lengua me acabó de
reanimar y me vine arriba con decisión dirigiéndome de nuevo a tu maravillosa
gruta del placer para otra reconfortante visita. Solo me quedaba esperar que
Morfeo perdonara el desplante anterior y que me acogiera dulcemente en sus
brazos
No hay comentarios:
Publicar un comentario